viernes, 6 de febrero de 2009

En las noches sanjuaninas

Escribo de nuevo sobres las "noches". Cada vez pienso más en esas noches que a veces no atinamos a ponderar o a comprenderlas cabalmente, espiritualmente.
Sentimos como un estupor y miedos en la entrada de la "noche", termino o palabra que mas que un concepto es un estado del cuerpo y del alma. La tenemos a nuestra mano pero pensamos que estamos mejor bajo la luz engañadora y falsa del día material y natural hasta que esa luz nos cansa, nos agobia y nos harta. Tarde o temprano tendremos que encontrar la otra luz, la inextinguible, la totalmente espiritual, y para ello debemos apreciar las noches sensitivas, dolores, reveses y privaciones de lo que Dios no quiere. Y ya en la noche aprenderemos que son y de a poco en cuanto aumenta la noche se verá que comienza a despuntar aquella luz inmaterial, divina.
Cuantas cosas hay que dejar y sentir su privación para saber que es una noche. Pienso en cualquier cosa de todos los días, nuestras quejas, los juicios permanentes de las otras personas, aquel pensamiento peligroso para el cuerpo y el alma. Aquella amistad o relación que esclaviza o te hace perder la amistad con Dios.